Iluminando con su juego durante varios años, su golpe de pelota suave y apuntado dejó en la hierba (tierra, cemento...) a muchos rivales, junto a su gran rival dejo sillas rotas de tanto levantarnos y caernos. Hablo del grande, el cabellero de entre los tenistas, el suizo Roger Federer.
Todo empezó con el verano del año pasado, el rey de la hierba londinense había sido destronado, adiós a aumentar sus récord sobre el grand slam británico. Inició entonces un camino hacia la desesperación, su animo decaía y antes de acabar su triste estación de verano había perdido ya su título de mejor tenista del mundo. Ya no era el rey, no era el grande, era el segundón a los 28 años de nuevo.
El caballero del tenis estaba desvainado y se encaminaba por un camino a enfrentarse contra todo y recuperar su corona, difícil camino se le ofrecía y no tuvo la suerte ni la fe para lograr otra vez tan ardua hazaña.
Hoy, 14 de mayo se encuentra en Madrid disputando un importante master y su afición, los seguidores que apreciaban su juego le han abandonado. No importa su pasado, ni que aún siga siendo uno de los 5 mejores tenistas, ya no es el rey. Su soledad es más grande, centrándose solo en el juego, en mejorarse se refugia en montañas.
Por el bien del tenis, por el bien del deporte, caballeros como él merecen ser recuperados.
El caballero del tenis estaba desvainado y se encaminaba por un camino a enfrentarse contra todo y recuperar su corona, difícil camino se le ofrecía y no tuvo la suerte ni la fe para lograr otra vez tan ardua hazaña.
Hoy, 14 de mayo se encuentra en Madrid disputando un importante master y su afición, los seguidores que apreciaban su juego le han abandonado. No importa su pasado, ni que aún siga siendo uno de los 5 mejores tenistas, ya no es el rey. Su soledad es más grande, centrándose solo en el juego, en mejorarse se refugia en montañas.
Por el bien del tenis, por el bien del deporte, caballeros como él merecen ser recuperados.
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