viernes, 15 de mayo de 2009

La minoría por encima de la mayoria



Antes de empezar convendría decir que sí, posiblemente mi opinión fuera distinta de no haber escuchado ayer al posiblemente mejor periodista del momento, más que le pese a algunos que le llaman "terrorista" de los medios. Pero en el fondo nunca podría haber coincido más con la opinión de una persona en un asunto como este, los pitos a unos de los simbolos de nuestro país, el himno.

El himno tenga o letra o no sigue siendo la música que acompaña al sentimiento de nuestra sangre española, carecerá de valor para cuatro gatos situados en los extremos norte del país, pero sigue siendo el himno de 45 millones de niños, jóvenes, adultos y ancianos que han nacido, crecido o trabajado por este país.

Se puede imaginar que estoy en contra de la gran pitada, pero más estoy en contra de los que lo hicieron por hacer la gracia, de los que no midieron el fondo de sus silbidos y abucheos. De los que como dice Iñaki Gabilondo, en su columna en portada de cada día, se llevan llevar por las minorías descontroladas que buscan hacer daño en la final de la segunda mayor competición de fútbol de este país, de un acto con otro simbolo de nuestro país, el Rey (al que casi la mayoría del pueblo español lo sigue queriendo como rey); y es por tanto, que locos hay muchos pero personas que siguen a esos locos son aún más y como diría un Maestro Jedi en la primera de las entregas galactícas "¿Quién es más loco, el loco o el que sigue al loco?

Nos encontramos entonces en un mundo donde las mayorías mandan en secreto, lo defendido por las teorías de la comunicación de la espiral del silencio son cosas del pasado y ahora nos encontramos ante una fuerza mayor. La inmensidad de un silbido de unos pocos convertido en el deseo de unos muchos, una gran reflexión a la que nos hemos de adherir.

Otro tema relacionado con esta gran conmoción, para algunos, en nuestra sociedad es la censura realizada por TVE. La cabeza del culpable ya esta en el horno lista para servir, pero conviene detenernos, ¿era un censurador o un tonto? quizás naciera en el siglo pasado y viviera la etapa en la que las retransmisiones era monopolio de la pública porque vaya dios que fue el que con multitud de cadenas de radio, televisión extranjera y demás, se puso a censurar un acto como el sonar del himno español en Mestalla. Prefiero pues que juzgemos a Julian Reyes, culpable de lo sucedido, por tonto y no por ocultador de la verdad.

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