sábado, 29 de septiembre de 2012

Prensa de Videojuegos

El mundo de la prensa de videojuegos entra en un período de debate, de reflexión. La pasada semana se anunciaba un máster de iniciación en la materia y son muchos quienes por redes, blogs o columnas de opinión en su medio han dado su particular visión de lo que debe ser la profesión.

Yo como recién licenciado en periodismo también quiero dar mi apunte. Lo cierto es que todo lo veo desde fuera, como lector, quizás también un poco de punto de conocimiento de todos ellos tenga tras mis cuatro años de moderador en una de las principales comunidades dedicadas al sector de habla hispana. Pero bueno, será algo puramente personal y espero que pueda añadir mi dosis al coloquio.

A mí actualmente no me gustan varias cosas de la prensa del videojuego. Y es poner por delante al periodista sobre lo que es su materia. Es decir, el afán de protagonismo, de conseguir follower, de ponerte a hacer el payaso en vídeo y o en radio. Cuando conocemos a un “periodista”, “especializado”, en “videojuegos” (nótese que todo lo pongo entre comillas) por sus dotes de dar la nota y no por sus conocimientos en videojuegos, aunque estos puedan ser discutibles como sobrevaloró o infravaloró a un juego, es que algo falla y mucho.

Y por desgracia Twitter me está haciendo ver esto. Vale que los videojuegos sean ocio, no es un tema que haya que tratar con la mayor de las seriedades. No pido ahora que se escriba como si de un funeral se tratara. Pero sí pido que la información, con vuestra opinión e interpretación en algún caso, sea protagonista.

Entonces… ¿Qué busco en un medio? Quien me conozca, y por lógica, sabe que soy asiduo a webs de videojuegos. En concreto a una más esta donde escribo. Tengo toda la información que podría requerir, toda la opinión por los cientos de comentarios que furulan que podría obtener. ¿Qué busco? Reportajes curiosos. Me gusta encontrarme con una bibliografía de videojuegos (estoy leyendo ahora la tesis sobre narrativa), me gusta conocer la música de los títulos más emblemáticos, conocer los títulos que marcaron generaciones anteriores. Y también, por qué no decirlo, me gustan los análisis con bastante crítica.

Creo que cuando una revista publica varios avances, primeros contactos, entrevistas, etc; te queda claro en qué consiste la propuesta. Se puede mencionar por encima unas cosas en el análisis y tras esto ir al grano. Pero… El medio se debe al lector, y mi tiempo me ha dejado ver que el lector de videojuegos quiere bastante descripción. Esto a la larga se vuelve contra el redactor porque el receptor, por muy sibarita que sea, no entiende lo que es un texto de reseña.

¿Por qué? Si un análisis le das tanta descripción la nota te la exigirán súper mega híper objetiva. Y eso no existe, porque un análisis no deja de ser una opinión de lo adictivo, interesante, completo en su propuesta tanto jugable como audiovisual que un juego de.  En un lado le dan un 7 al DOA, en otra web le han dado más de un 9. Simple y llana diversidad de opiniones. El lector sin embargo no lo ve así. Cree que un título por imperativo debe ser majestuoso o nefasto para todo el que se ponga ante él. Y aunque el especializado  se inhiba de cualquier sentimiento, siempre quedará un criterio inalterable que toda persona en el mundo tiene y tendrá.

Busco pues crítica, mordaz pero respetuosa. Nada de darle un cero a un título, hay un trabajo que ya tiene premio de antemano. Y más si es darle un cero de manera cobarde al ser un título pequeño. Es decir, quiero opiniones con algo de humor, podría, pero que no trate de humillar al juego porque creo que ustedes no os gustarían que vuestro trabajo lo hicieran así. Nuevamente esto no lo digo por ustedes, si no, claramente, no estaría aquí.

Mi experiencia con las revistas en print de videojuegos es más bien escasa. Varios ejemplares de Micromania en los primeros años de este milenio. Alguna edición de una revista Nintendo y poco se puede decir más. Yo soy nativo digital y por tanto he crecido con los portales online y los blogs.

Y ahí he podido ver la diferencia con el print. El público al papel le exige o exigía textos profundos, que abarcaran cada rincón del videojuego. Zonas de hardware, retro, mucha y mucha entrevista… ¿Información? Unas páginas de breves para estar al tanto de los movimientos y punto.

Todo lo contrario del público de la red. Si algo ha matado a la prensa en papel es que resultaron que los lectores eran impacientes y querían la información, sin preocuparle la calidad, al instante. Textos breves, sin quizás comentar las causas y consecuencias de estas, que servían a los usuarios que lo leían la información y estos creaban un sinfín de posibilidades.

En definitiva… La prensa de videojuegos es resultado de lo que exigen quienes la leen. El mensaje típico de “ya era hora”, “lo leí ayer”, condiciona que lo normal sean muchas x noticias y pocas X noticias. Creo que cualquier redactor quiere darle forma a su contenido, exponer un texto bonito, donde se explique todo. ¿Pero hay tiempo? No lo creo, la actualidad manda.

Y con esto no quiero decir que el servicio que se dé sea malo. No lo es, y quien diga lo contrario se equivoca.  Comentan que los lectores ya quieren algo más. Error… No se puede pensar en el usuario como un devorador de información que ya ha visto todo en los medios ingleses. Que hace un exhaustivo seguimiento de todo lo que pasa. Hay que filtrarle esa información para que cada uno se entere bien de ello.

Hay que crear fichas para cada título y a quien le interese conocer todo sobre ello ponérselo fácil. Y también hay que decirlo, la opinión debe ir fuera del texto. Podemos con el tiempo inaugurar las columnas en la prensa de videojuegos, pero no con ello convertir las informaciones en dos párrafos de cosas ciertas y el resto aseveraciones o imaginaciones del redactor.

La información es necesaria, aunque sea clónica en muchos casos, la interpretación de esta el camino a seguir, la opinión separarla siempre. Los análisis convertirse en textos más críticos e interpretativos y menos descriptivos. Esa es mi idea de a dónde debe ir la prensa de videojuegos.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Gattaca, el triunfo de los sueños


El verano da para mucho y entre ese mucho destaca ver series y películas. Una de esas cintas que me han impactado en su propuesta, más que en su diversión, es Gattaca. Ciertamente no voy a ponerme a hacer una crítica extensa pues lo poco reciente de la misma no invita a ello. Pero sin duda tuvo una idea que pretendo compartir hoy.

¿Los sueños pueden a la genética? Prácticamente eso era lo que nos decía la cinta de 1997. Algunos tienen la osadía de llamarla adaptación de la obra de Aldous Huxley, Un mundo feliz, yo no llego a eso pues principalmente lo que en ese libro se nos exponía era más bien la elección entre libertad o felicidad. En este filme solo se comparte el nacimiento de humanos genéticamente elegidos frente a los que nacen de Dios (es decir, a la antigua usanza).



Y esa es también una idea interesante… ¿Dejarías el nacimiento de un hijo al destino? Si eres conservador católico o fundamentalista de cualquier religión con un amplío apego hacia la natalidad divina sí. ¿Pero siendo una persona abierta a nuevos campos? En Gattaca se nos daba la opción de eliminar enfermedades hereditarias, genéticas, aumentar diferentes capacidad. Todo esto… ¿Quién no firmaría?

Hay quien lo prefería, como decía, dejar a elección de la suerte y ese fue el caso que le tocó al protagonista, interpretado por Ethan Hawke en el papel de Vincent. Poca esperanza de vida, miopía, menor altura… Y por si fuera poco sus padres encarga un hijo probeta. Estaba claro que iba a estar destinado a trabajos para los no válidos (los genéticamente inferiores).



Sin embargo, hubo algo que pudo a todo eso… Su sueño por viajar al espacio… Y para ello iniciaría una travesía contra vientos y mareas. Ahí entraría en juego Jude Law como Jerome, un valido lisiado que vendía su identidad para mantener un ritmo de vida alta. Por cierto, como en toda película de ciencia ficción, Jude Law demuestra adaptarse al papel. Como dije solo se vendía su identidad, sangre, un poco de cabello y poco más… En la oficina Vincent debía demostrar con su cualidad que era Jerome.

¿Cómo lo consiguió? Por ambición, por la fuerza de sus deseos. Tanto es así que hay una escena bonita en la que lucha contra su hermano mientras nadaban hacía mar adentro.

Y la reflexión que os invito a ver es… ¿Puede más la motivación que las cualidades genéticas?

Nota: para los que la hayan visto o no quiera verla... Os dejo la escena final. (Lógicamente tiene spoilers)


domingo, 9 de septiembre de 2012

España, un rincón propicio para el troll


Este mes voy a cumplir cuatro años como moderador de unos de los principales foros de videojuegos del país, por no decir el que más lectores de habla hispana tiene en el mundo, y todos estos años me ha demostrado un gran cúmulo de situaciones que entristecen.

Cierto es que mi experiencia más directa son con jóvenes e incluso niños y quizá no sea el mejor reflejo para ver la madurez de coloquio de nuestro país. Pero aún así también he tenido un amplio bagaje en noticias de más de un medio local y generalista, aparte de deportivo, que justifica mi opinión en cierta manera.

¿Y cuál es ese punto de vista que tengo? Pues es el de una cultura no hecha para el debate. Carente de principios básicos y éticos como son el respeto a la opinión del otro. Propicia para caer en la denigración y vejación de tanto el emisor como el receptor. Altamente contaminable de desviaciones del hilo inicial de discusión. Es decir, empiezas a hablando del “Ecce homo” de Borja y terminas en una acalorada conversación ideológica o religiosa.

Con el tiempo he llegado a ser “jefe de comunidad”, por así decirlo, y enfrentarme de cara y buscar la raíz de los problemas en el foro donde os dije antes empecé a moderar. ¿He encontrado solución? Filtros, más filtros, más moderación, más control… Pero esto solo minimiza la repercusión de esta falta de educación.

Nuestro problema es de educación, de bases… Mientras en los foros anglosajones se echan la mano a la cabeza cada vez que ven un mensaje de “deberías de estar muerto”, en España esto es una constante y a mirar un poco el Twitter o comentarios de las noticias me remito.

¿Lograremos cambiar algún día? Si no somos capaces de debatir sobre cuestiones triviales y muchas veces con poca efusión, ¿cómo vamos a demostrar nuestra capacidad para una democracia participativa? Este es el gran problema que tenemos y cada día se ve y se ve.

Ayer mismo, la Policia Nacional en su Twitter colgaba el siguiente tuit:

Como veis pedía ignorancia ante el troll. ¿Se logra? Nunca, el no le des comida nunca se ha cumplido y parece no haber vistas de cambio. Vivimos en una sociedad abocada al triunfo de estas personas anónimas, sin más ánimo que el incordio o el incendio (dejas una perla, te vas y ves como partidarios de unos y otros se linchan, más conocido como flamear) triunfan en nuestras computadoras con su luego reflejo social.

Mucho debemos de cambiar y mucha cultura que formar. El arte de debatir, de la palabra, de respetar los turnos para intervenir debería ser una asignatura desde pequeños. Solo así conseguiremos una paz suficiente para que tengamos la madurez necesaria y se pueda tratar diversos temas cruciales.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

[En debate] Una concejal dimite por un vídeo erótico

La concejal socialista del Ayuntamiento de Yebenes ha dimitido tras la difusión de un vídeo erótico donde se le veía masturbándose. La noticia que podéis leer más completamente en ABC me hace plantearos una pregunta. Llevamos una crisis en los últimos años que nos ha hecho darnos cuenta de la cantidad de corrupción y mal gasto de dinero que hay en el país de muchos de nosotros, España. Grandes cantidades de euros derrochadas y perdidas por el egoísmo y ansía de más de algunos sujetos sociales. Sin embargo, estas acciones no han tenido el nivel de dimisiones que se le deberían de exigir a algo que, como mucho sabréis, podrían haber ahorrado el no recortar en mucho que se está haciendo ahora.

Sin ir más lejos, son 11 los imputados que siguen estando en su sillón en las Cortes Valencianas. Por ello hago la pregunta que, aunque obvia para muchos de vosotros, os la planteo:

¿Qué es más grave, estar imputado por un caso de corrupción o que tus ciudadanos te vean en un vídeo erótico?