miércoles, 1 de diciembre de 2010

Un gran descontento

El fútbol acapara portadas estos días después de la gran manita que recibió el conjunto blanco del Real Madrid de manos de los catalanes del FC Barcelona. Pero sin embargo yo no vengo a hablar del clásico, mi destino en estas palabras vienen a mostrar el desaire, la falta de ilusión que recorre el panorama futbolístico cordobés de las últimas semanas.

No voy a decir que haya seguido al Córdoba toda mi vida pues todos hemos tenido infancia donde ni siquiera seguíamos el fútbol o no entendíamos la diferencia entre el Córdoba o el Sporting, pero sí llevo un total de 11 temporadas, más o menos a mediados de la temporada del retorno a Segunda, viviendo el día a día de este club, paseándome por lo teletextos, periódicos y demás buscando el resultado de mi equipo esa jornada. También llevo cinco años comentando en foros, saboreando el sentimiento de la afición en lo que al Córdoba CF se refiere.

Dicho esto, me veo en condiciones para decir que nunca había vivido tanto desanimo entre los fieles seguidores blanquiverdes, tanto divorcio entre club y afición. No quiero culpar a nadie, pero el fútbol se hace no es algo simple que está ahí, se necesita la garra, la furia, el ir a ganar para que espectador, el que se sienta cada 14 días en su butaca del Arcángel, apoye a su equipo a muerte.

Todo eso no se ve esta temporada, se realiza un juego ultradefensivo desde el primer minuto, no hay furia por salir adelante, por comerse al rival. La temporada pasada esto tenía explicación, había unas líneas muy justillas y el equipo tenía que salir a jugar de menor a mayor. Pero este año somos el mayor, tenemos equipo, tenemos recursos.

No me vale la excusa de que podemos perder e irnos más a pique, esta Liga adelante es la más fácil para salvarse que ha tenido el Córdoba en casi diez temporadas, no puede ser un objetivo la permanencia ni siquiera una obligación, ya se debe de mirar arriba, al sexto lugar.

Lucas no comprende eso, Lucas cree que los partidos se ganan sin tirar a puerta, esperando que la moneda nos regale una cara y caiga una pelotita en el área contraria en la que un jugador nuestro sepa meterla.

El Córdoba necesita garra, furia, necesita volver a enganchar a su afición y creerme que eso no se consigue a base de 1-0 o empates a gafas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario