A veces el destino está protagonizado por un elemento llamado suerte y esto es lo que hoy me ha pasado y a lo que me he amparado, al juego del azar, a lo que diga una moneda es lo que pongo.
Los exámenes tipo test siempre han sido considerados como una lotería pero con un poco de sabiduría podrías sacarlo, el problema es que hoy de más de tres decenas de preguntas se suspendían con apenas cinco y ello provocó que se tuviera que contestar a todas aún teniendo solo un mínimo de idea. No había llegado ni a las treinta y ya tenía que hacer algo, jugármelas.
Alejándome de las intuiciones dejé el destino en mano de la suerte y así poder echar la culpa a alguien de mal lograr mi objetivo. Saqué una moneda de diez céntimos de mi pantalón y una por una fue descartando respuestas hasta dejar la que la cara o la cruz determinaran la opción correcta.
Jugar con fuego hace que te quemes pero lo cierto es que el balance fue sobresaliente con seis acertadas sobre ocho donde me la jugué, y de hecho saqué otro error en una pregunta donde jugó más papel el conocimiento.
En fin, la suerte determina a donde llegamos o dejamos de ir pero ya lo dijo Isaac Asimov: “La suerte solo favorece a las mentes preparadas”. Me quedo con ese consuelo.
Un saludo y buena suerte.
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