Microsoft terminó por bajarse los pantalones en busca de las ventas y no de los juegos de calidad, demostrada que la victoria contra Sony iba a ser imposible sucumbieron en un mar de juegos casuales convirtiendo la conferencia en una especie de Deja Vú de la de Nintendo de hace varios años.
Y eso que todo comenzó bonito, se hacían con una exclusividad de contenido del best-seller de los últimos años, Call of Duty, y daban un golpe de efecto al adjudicar una nueva IP de Crytek que recuerda en exceso a God of War. A parte nos deleitaban con imágenes in-game de MGS: Rising, Fable III, Gears of War o Halo: Reach. Todo era precioso en la sala de exposiciones aunque se ha de reconocer que Halo fue el juego que menos aplausos recibió.
También se ha de notar la pequeña aportación de la gala de Kojima que fue un visto y no visto y nos da a entender que su reciente matrimonio con Microsoft no ha sido muy placentero para él.
Sin embargo la alegría duró poco y el festival de despropósitos dio su comienzo mostrándonos las aplicaciones del entorno del menú de Xbox 360 y ya se auguraba los primeros fallos de sincronización. Y tras ello se nos empezó a regalar a los ojos unos cuantos juegos del tipo Wii Play, Wii Sport y Wii Fit.
Juegos que no recompensaban para nada a las miles de defensas que hicieron los que confiaban en la palabra de Microsoft. Fracaso tras fracaso fueron enseñando copias de juegos de Nintendo y Sony por lo que terminamos por aburrirnos. Podría comentar cada uno de los mostrados pero para eso están las revistas, para analizar y regalarnos cada detalle de cada mierda mostrada.
Kinect fue un desastre, una falta de respeto de Microsoft y tuvieron la desfachatez de afirmar que esto era el futuro. La pregunta entonces es… ¿se acabaron los videojuegos con la conferencia de esta tarde?
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