martes, 26 de julio de 2011

La primera hora del día

Hay horas que son curiosas contemplarlas algún día para valorar y callar a todos estas voces alemanas que nos tildan de vagos. La primera hora del día, esa de las 8 de la mañana, múltiples paseos de personas como hormigas madrugadoras dispuestas a levantar la ciudad y el país un día más.

Es una estampa repetida cada día, en menor medida sábados y domingos, que nos hace sentir parte de la sociedad, una rutina cansina quizás, pero la que identifica a un lugar que mira al desarrollo.

Yo llevo ya varios años en Málaga, pero en la zona donde vivo el ajetreo propio de una ciudad peca por su ausencia, solo se ven universitarios con su mochila y alguna abuelita esperando el autobús. Ahora en Córdoba, mientras realizo las prácticas en el periódico, he tenido que madrugar algún que otro día, y produce una sensación extraña ver las prisas con las que se mueve la gente a la primera hora del día.

Caras serias, algunas de preocupación, curiosas chicas que quedan para ir de compras en estas primeras horas. Bicicletas entremezcladas con la gente y jóvenes repartiendo el 20Minutos, el periódico que nos da los buenos días sin duda.

Sin más, un saludo.

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