jueves, 27 de octubre de 2011

El club de la lucha - La maestría de nuestro yo interno

Sinopsis 

Jack es un personaje insomne, hastiado de su gris y rutinaria vida. En un viaje en avión conoce a Tyler Durden, un carismático vendedor de jabón que sostiene una filosofía muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; en cambio, la autodestrucción es lo único que hace que realmente la vida merezca la pena. Jack y Tyler deciden formar un club secreto de lucha que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)

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Crítica

La maestría de convertir la más oscura demencia de lo más profundo de los hombres en una brillante historia con la que cautivar las mentes más reflexivas. Así es El Club de la lucha, así es como dos horas de valientes diálogos, de personajes vagueantes de un mundo que les ignora logra convertirse en una triste metáfora de la sociedad decadente de la que vivimos.

Analizar El club de la lucha no es nada fácil, de hecho llevo más de una hora postrada frente a mi pequeño Toshiba indagando en las palabras correctas. Mientras que dibujar su historia aquí, hasta de forma superficial, sería un atentado contra quien quisiera verla. Pero allá voy.

Quizás haya que cerrar los ojos, sumergirte en esos pensamientos y buscar esclarecer lo que has visto, lo que te han mostrado. Una auténtica aberración, apología de lo más oscuro de lo hombre pero que al final resulta ser una genialidad. Una perfección para los sentidos, una muestra de nuestro lado más salvaje como respuesta a nuestro olvido de lo que somos y fuimos.

La historia comienza donde acaba, ahí el narrador, Jack (cuyo nombre no escuché pero si aparece en el resumen será verdad) nombre se encontrará sentado en una silla observando los rascacielos de una gran ciudad. Los últimos recuerdos de una vida corta, poco a poco se nos narrará los motivos que le han llevado a estar ahí, con un hombre y una pistola en su boca. Pensamientos, reflexiones, búsquedas de uno mismo (algo que repetiré una y otra vez en esta crítica).

La lucha es el hilo conductor de la historia, no una lucha en su lado más literal sino más figurado, la pelea de golpes para encontrarse así mismo, para demostrarse a uno mismo que se puede llegar a ser grande, a no ser un desperdicio en una sociedad que los destina hacia labores donde somos desaprovechados. Pero mientras eso pasa, una enorme historia se crea, una reflexión de la fragilidad del hombre que una vez más se vez se ve en la necesidad de ser esclavizado por la locura y carisma de otro hombre que con unas palabras, frases para la historia del cine, dará respuesta a quienes la busquen.

La interpretación del reparto será magistral. Brad Pitt desenvolviéndose de forma genuina en su papel mientras que Edward Norton logrará captar la esencia perdida de su papel. ¿Qué somos? ¿A dónde queremos y podemos llegar? Preguntas que con su forma de actuar, y en sus diálogos, bien mostrará al público. Y para completar el elenco encontraremos a Helena Bonham quien posiblemente sea la mejor persona, como años después de esta película veríamos, para acoger a la loca y maniática Marla Singer.

Todos ellos cumplen de sobresaliente manera. Brad Pitt transmite la decisión, la seguridad en uno mismo que contagiará a lo largo de las dos horas a Norton, más cabizbajo, buscando respuestas que en Bradd Pitt encontrará.

En todo ello, en ese buen hilar entre actores, mucha culpa tendrá una dirección brillante de David Fincher que transmitirá en toda la cinta su predilección por la alta carga emocional de los diálogos y la violencia no de acción sino de reflexión.

En cuanto a la música no habrá lugar para mucho lucimiento, los momentos en la que está lucirá bien aunque en esta cinta se agradece el silencio, los descansos entre palabrerío para ponerte al día de lo que pasa en la pantalla. Mientras que en el otro punto, en la ambientación, decorado, se nos reflejará bien el mundo de barrios bajos. Pero a la par se verán bien que no son solo jóvenes de cortos presupuestos quienes encuentren ahí su hogar.

Todo parece perfecto tras releer las líneas que he dedicado, pero la verdad es que hay que estar preparado para ver El club de la lucha pues, como otras tantas cintas, nos hará reflexionar sobre muchas cosas. Planteamientos innatos que en la primera hora trataremos de buscar respuesta.

Sus diálogos son brillantes, sí, pero el film termina por momentos por convertirse en un fomento de la violencia como herramienta para encontrar el camino de vuelta a casa. Una reflexión de una generación perdida, como se nos mostrará en la cinta: “hijos malditos de la historia”.

Valoración  8.75
Argumento: 8.5
Reparto: 10
Ambientación: 9
Efectos:
Música: 8

2 comentarios:

  1. Aparte de lo que te conté, que me creó mucha intriga por verla,... ¡No sabía que actuaba Helena Bonham! Que es como siempre la he conocido yo, no había oído el nombre de Marla, y me encanta esa mujer, ¿adivinas por qué? jajaja
    :)(K)

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  2. El compañero malagueño del "dios de la vergüenza ajena y el hamor remunerado"29 de octubre de 2011, 17:29

    Debe de ser la película que más veces me han recomendado, y la sigo sin haber visto jajaja Y ahora después de leerte esto me han entrado más ganas.

    Mala pinta no tiene, desde luego. esos actores siempre han hecho buenos trabajos, y todo el argumento y la reflexión que comentas parecen de lo más interesantes. A ver si cuando tenga un huequecillo en mi apretada agenda puedo echarle un vistazo de una vez.

    Un abrazo!

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