No hay semanas que se libre de la furia de la crisis en nuestro país. En poca de dureza económica hay siempre un teatro que nos impide olvidarnos de nuestras penurías por un tiempo. Circo Romano, los juegos medievales, la zarzuela popular, etc. Desde hace apenas un siglo le llegó el turno al deporte, al fútbol en el caso de nuestra nación.
Una crisis imposible de salvar ni para el más fiero de los economistas, el "furbol" pronunciado por el acento más cerrado de nuestra España es un rey merodeador que vive de sus tierras pero que no tienes riquezas para seguir aguantando las abatidas del temporal que hoy pasa por el mundo.
Un rey lleno de cicatrices por confiar en validos de lo más traicioneros, que se dejó asaltar su reino por especuladores hartos de vino en busca de una gloria en sus localidades de procedencia. Gil, Soler, Roldan, Astiazaran (LFP), un sinfín de nombres que ha hecho que nuestro más precioso arma de sonrisas se conviertan más que en lágrimas.
En la medianoche de ayer tuve el gusto de escuchar al Profesor J.M. Gay de Liébana entrevistado por Castellote en Punto Radio. Hasta ahora tenía una venda en los ojos que me permitía ver un fútbol que necesitaba reformas, pero desde ayer me quite lo que me hacía opaco el mundo y observar de frente una ruina en forma de elasticas con escudos, balones y aficionados. El fútbol se muere y los equipos, más en esta situación de contexto de crisis internacional, no van a poder salvarse.
Aunque... ¿renacerá? La ilusión de las personas han levantado ya destrozos, creo que este no será menos.
SALVEMOS EL FÚTBOL, MUERTE A LA EMPRESA DEL DEPORTE.
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