Qué tiempos aquellos en los que los fichajes y el panorama deportivo acaparaban todas las noticias del cordobesismo. Hoy es 31 de enero, último día del mercado invernal y no, no tendremos Zubidesaguisado esta ocasión y probablemente nunca más lo tendremos pues Don Javier Zubillaga tiene las horas contadas en el club.
Eran tiempos de risas, de Telepizza, de pasarlo bien en el foro esperando los fichajes desconocidos de un director deportivo que hizo famoso los DVD’s para fichar y nos hizo a más de uno navegar por foros extranjeros en busca de referencia alguna sobre algún jugador que mejorara a nuestro conjunto.
Su trabajo siempre fue criticado, sus jugadores no daba el rendimiento que se esperaba aunque ahora un tal Oriol y un tal Richy sí que lo hacen. Pero ahí queda, para la posteridad, una palabra acuñada por un posible periodista de Córdoba, el Zubidesaguisado, para referirse a las últimas horas donde se tenía que arreglar el poco hacer de las cinco semanas o más anteriores.
Famosas también fueron sus camisas, se decían que estaban hechas de adamianto, el material del que son los huesos de Lobezno de los X-Men, siendo prácticamente indestructible y resistiendo a las inclemencias del tiempo para soportar los duros devenires de las largas noches del Zubidesaguisado.
Mañana nos despertaremos sin fichajes, ni siquiera con altas del filial por la imposibilidad de hacerlo al no hacer frente al pago de una deuda con el Real Madrid, pero quizás por fin podamos saber mañana el nombre el próximo accionista mayoritario de este pequeño club sin éxitos relevantes pero con una afición que siempre ha buscado el humor en los fracasos.
¿Por qué nos cuesta tanto memorizar lo obligado? Época de exámenes, tiempos de estudiar hojas y hojas de apuntes con el aprobado (o sobresaliente para algunos) como objetivo.
La vida es un continuo memorizar de datos, acciones, el simple respirar de nuestro cuerpo es un hecho que memorizó nuestro cuerpo para sobrevivir. Quizá haya empezado muy exagerada mi entrada, pero vayamos a algo más simple, hablemos de Perdidos (Lost), aquella serie tan difícil de entender y que rozó el centenar de horas de emisión bien nos podía costar a cualquiera de la que los seguimos un buen diez en un examen sobre ella.
Y solo hemos necesitado ver, sin mucha o poca atención todos sus capítulos. Ahora llegan unas cuantas hojas de apuntes, 40 en mi caso, y no podemos llegar a entenderlas, memorizarlas. En este momento es cuando la carrera pasa de una etapa llana a una de montaña cuya cima parece no ser alcanzada nunca y si lo conseguimos es con sudor y horas de sueño perdidas.
Duele y duele más, cada página que logramos entender y memorizar golpea como un yunque de hierro en nuestra cabeza… Dolor de cabeza en aumento, queda menos, sigues intentándolo, ahora miras el reloj, “maldición, solo quedan 48 horas”. Ahora las prisas te corroen, te arrepientes de los anteriores tres meses perdidos, auguras un final desalentador y comienzas a devorar las páginas sin saber o no lo que contenían todas esas palabras.
Cierras los ojos, te imaginas en una pradera verde con un cielo azul… Abres los ojos y te ves tumbado en un sofá con unas hojas desordenadas que te dicen: “estúdiame…”.
En fin, ¡Feliz época de exámenes! Os dejo una canción motivadora, al menos para mí, y hasta la próxima entrada.
Dicen que los secretos son la base del éxito, quienes sepan esconder sus movimientos logrará adelantarse al resto de sus iguales. Pero hay ocasiones en que los secretos han de desaparecer pues sus motivos no alcanzan a entenderse por su principal patrimonio, la afición.
Posiblemente no habréis entendido ni pío de lo que he dicho, pero hablo de la imperecedera venta del Córdoba CF, la cual daba por cerrada hace un mes en este mismo rincón de internet y que todavía sigue dando sus coletazos como si del último samurái se tratara.
El aficionado, el más acérrimo de su equipo, ha cambiado estas dos últimas semanas su rutina diaria llegando a un nivel de adicción a los medios que ha logrado catapultar a un pequeño diario digital de la red como el más leído de la prensa cordobesa. Todo ello ha sido con un simple y llano fin, divisar el punto y final pero los párrafos de esta historia seguían escribiéndose y ahora hasta sencillamente nos conformamos con saber un punto y aparte.
Ese punto y aparte al que me refiero es el del comunicado de PRASA afirmando de puño y letra el fin de las negociaciones con un “agarrado” madrileño. Pero la narración de esta historia no entiende de puntos y comienza a escribir nuevos capítulos, está vez en lengua árabe en una historia espléndida pero de la que conocemos todo menos lo esencial del periodismo, el qué y el quién.
El cordobesismo vive pegado a una pantalla, a unas noticias que no llegan, se entiende engañado por tanta pantomima realizada entre el oculto mundo de los negocios. Yo soy de los que aún siguen confiando en un final certero para la historia pero la afición cree que esta historia es la “interminable”, chicos que leen una novela (noticias de cordobadeporte) y se evaden a un mundo de fantasía (vente a jeques) pero del que luego vuelven y todo sigue igual.
Yo, pudiéndome erigir como un portavoz más de la afición, no exijo el fin de la venta, no, la considero esencial para el futuro próximo y lejano del equipo, pero si exijo información del día a día donde se responda al qué, al quién y, sobre todo, al porqué. Son 10 000 abonados y unos millares más de aficionados más que se preocupan por este club, por su futuro, por seguir creyendo en el fútbol.
Y para terminar decir que sigo teniendo esa sensación, ese gusanillo dentro de mí que me dice que lo mejor está por llegar aunque no conozcamos nada.
Hacía tiempo que quería ver esta película considerado por muchos como una obra indispensable en el género de zombis. Y a simple vista hay que reconocerlo.
28 días después es la primera de una tetralogía, con dos películas aún pendientes, que nos lleva a una Londres cuyos muros y calles guardan un silencio y vacío de gente inquietante. El motivo es un virus, similar al que ya vimos en Soy Leyenda, que ha convertido a la humanidad en simples animales contaminados con la ira.
Nos encontraremos en la piel de Jim, un mensajero que se despierta en un hospital vacío, al igual que toda la ciudad, y empieza a deambular hasta que se encuentra con otros humanos que le cuenta todo lo sucedido. A partir de ahora la historia cobrará más acción pero guardando siempre una fuerte dosis de intriga y suspense.
Danny Boyle, el director, nos sumergirá en una vorágine constante de situaciones para evitar que desconectemos del filme acompañado siempre de una banda sonora constante en su ritmo.
La película guarda siempre un ritmo pausado no llegando a ser lenta pues la duración de la misma no llega siquiera a las dos horas dejando una gran escena final que no comentaré para no destronar a nadie la visualización de este filme, pero que está llena de acción. A pesar de lo comentado, a lo largo de toda la película habrá pequeñas escenas que nos hará centrarnos, si habíamos perdido la atención, en la película.
Cillian Murphy, que saltó a la fama con este filme y ahora recordado por ser el Espantapajos en Batman, encabeza el reparto de este filme con una buena actuación pero mejorable en el caso de sus compañeros que no transmitían la suficiente tensión que una cinta de este género podría dar.
La ambientación de este tipo de películas siempre nos regala la visualización de calles emblemáticas de grandes ciudades, como Londres, vacías no recurriendo a espacios irreales lo cual nos permite sumergirnos más fácilmente en la historia.
En definitiva 28 días después nos vuelve a regalar una muestra del buen cine de ciencia ficción británico capaz de conmover los más profundos pensamientos del futuro de la humanidad, como ya vimos en Hijos de los hombres. Siempre con un ritmo pausado pero con algún sobresalto más la traca final de verdadero aplauso.
Valoración: 8
Ahora los padres son ellos
Nueva entrega de la serie de películas de comedia liderada por el cómico americano Ben Stiller (Gaylord ‘Greg’ Follen) y Robert de Niro (Jack Byrnes). Tras los Padres de ella y los Padres de él llega ‘Ahora los padres son ellos’ donde encontraremos una nueva situación de lucha entre yerno y suegro.
Lo principal que hay que decir sobre el argumento es que guardará un hilo muy similar al de sus precuelas, es decir, con Jack sospechando de Greg, este dándole razones, y acabando por perder el primero.
A pesar de la monotonía del argumento encontraremos situaciones de verdadero “descojone” por lo que la visualización de la cinta se hace obligatoria hasta en los créditos del final.
En cuanto al reparto volverá a estar presente los protagonistas de películas anteriores como Dustin Hoffman, pero para la ocasión encontraremos a Jessica Alba en el papel de una loca comercial de fármacos aunque en algunas ocasiones parece sobreactuar en exceso. Todos ellos, como en películas anteriores, lograrán bien su papel de hacernos reír.
Concluyendo podemos decir que la película es monótona y repetitiva en argumento, prácticamente igual al de las dos precuelas. Sin embargo los guionistas no dejan de sorprendernos con algunas escenas que provocan unas carcajadas descomunales. Y si a eso le añadimos el buen reparto del que dispone el filme nos encontramos con una grata película familiar.