PS Move y Project Natal, inutilidad propagandística

El público de los videojuegos vive, desde hace un año, expectante ante el nuevo camino escogido por los dos titanes del sector, Sony y Microsoft, en su particular II Guerra Mundial del Videojuego –la primera fue la que desarrolló SEGA y Nintendo en los principios de los noventa- con permiso de Nintendo y su Wii.

Ese camino que os nombraba corresponde al de los sensores de movimiento que tanto nos venden pero que tan poco prácticos se ven por mucho hype que nos quieran hacer ver. Para que no sepan que son los sensores de movimiento os recomiendo que paséis por los avances de 3DJuegos de PS Move (Sony) y Project Natal (Microsoft) pues explicar algo del que no he sido debidamente informado por parte de las empresas, seguramente porque saben que su aparatito solo se lo compraría el mayor de los ignorantes amantes del juego clásico, de sus nuevos cacharos.

Pero seamos lógico ¿es lo que demandamos?, desde ambas compañías se ha creído que el éxito en Wii ha generado envidia entre sus más acérrimos jugadores y nada más lejos de la verdad esta consola solo ha causado un dolor hacia la calidad de los juegos que venían desarrollando Nintendo hasta la fecha, por una nueva saga de juegos de menor calidad pero mayor cantidad. Sin embargo esta generación está llena de hooligans, tifosis o hinchas de las compañías por lo que si se preguntara en una web sobre si eran necesarios estos nuevos periféricos saldría, posiblemente, un sí abrumador.

Muy arriesgado, por mi parte, sería hacer una valoración de las ventas de ambos aparatos, pero qué demonios, los voy a hacer. PS Move y Project Natal será el mayor fracaso que hayan podido conocer los videojuegos desde la extinta, aunque preciosa, Sega Dreamcast. Desde ambas compañías se ha tratado de desviar las características de su aparato hacia una diferenciación de la Wii, pero por mucho que lo intente todos saben que esta generación está perdida en ese aspecto y que los pocos jugadores que consigan no rentabilizarán los dineros invertidos en estos cacharros. Las ventas serán muy inferiores y puede que Nintendo salga reforzada, de este modo, para la próxima generación.

Una vez más Sony y Microsoft se olvidan de sus principios y se encaminan en una guerra absurda para conseguir, como si de partidos políticos estuviéramos hablando, un puñado de votos entre el ignorante público del entretenimiento del siglo XXI.