Estas situaciones sí que cuestan porque sin cabeza no puedes gobernar, no puedes ser dueño de tu ser y las decisiones que tomas son las erróneas por mucha suerte que Dios o el Destino te haya podido mandar.
Perder la cabeza puede ser debido a mil y un tipos de circunstancias, entre ellas la más frecuente es la del amor, que hace que te olvides de todo lo importante que hay en tu vida y que desaprovechas por centrarte en un pequeño granillo que quizás nunca te devuelva las preocupaciones que tuviste por ella.
Aún así, hemos de intentar siempre aportar cordura donde la humedad de las lágrimas hacen imposible cualquier cuerda, es difícil, sí, todo el mundo ha tenido una situación donde la cabeza se le ha despegado del cuerpo aunque solo haya sido un momento o, directamente, la ha perdida entera. Pero para algo se nos dio una mente pensante, para saber cuidarnos por nosotros mismos.
Nada en la vida es más importante que nosotros mismos, bueno sí, todo el mundo encuentra algo que es más importante que su vida misma… Pero hasta entonces, seamos felices.
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