
Y otras que ni el menor intelecto sería capaz de dar por ciertas. Esto es lo que pasa cuando nos metemos en el periódico una mañana cualquiera y nos encontramos con la declaración de bienes de un reconocido, por su presunta implicación en actos de corrupción, político, Camps; hasta ahí bien, pero luego tenemos el gusto de ver como tiene el decoro de enseñarnos su pobreza con un coche de más de 10 años -ya se podía haber acogido al plan renove ese... cualquier cosa para no hacerle ver al gobierno centras que sus medidas son inservibles-, una casa más barata que una chabola a las afueras de Granada y cuentas en el banco que parecen las de un estudiante como yo.
Con este panorama es imposible caer en la certeza de esta declaración o de ser ciertas nos cuesta creer que él se comprara esos trajes que tanto juego a la política dio el año pasado.
La mentira es un noble arte, pero se puede conseguir de manera fácil cuando se cuenta hechos verosímiles y no como estos... Larga vida a la mentira.
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