miércoles, 29 de junio de 2011

Nos robaron los sueños…

Y colorín colorado… Esta historia ya acabó. La de la oficialidad, porque todos hemos ganado un poco. Sin embargo no se me ocurría un final más triste que este. Donde la derrota fue injusta, donde se perdió en unos campos cuyas líneas fueron cambiadas atravesando una vez más la fina línea de lo político y lo real.

Córdoba volvió a ser testigo un año después de las triquiñuelas de un gobierno de la nación que no gobierna para todos sino para los beneficios de apenas dos millones de personas. Un chantaje político que permite a esos especímenes del ejecutivo alargar su sueldo y privilegios un año más, pero que provocan que ciudades que lucharon con la cultura para su desarrollo sean eclipsadas por otras con la política como bandera.

La decisión del jurado de acabar con la violencia con esta designación deja patente que sus líneas de valoración son solo finas mentiras para darle objetividad a una elección tomada sin aprecio al desarrollo cultural.

Además un compromiso no objetivo. Bilbao, ciudad vasca a no muchos kilómetros de San Sebastián, es de hace varios lustros referente mundial de la cultura contemporánea y sin embargo la violencia no cesa.

Una vez más el sur fue defenestrado, el sur fue olvidado, Andalucía no es más que ese saco de votos tontos dados por unos ciudadanos que nos olvidamos de nuestras raíces, de nuestro atraso por un gobierno despreocupado por los grandes problemas sociales de la región. Problemas en cuya cultura sí podrían resolverse como era el desarrollo económico de una ciudad atrasada.

Un punto que tampoco supieron ver… Designaciones que dejará dinero en espacios donde la riqueza es mayúscula olvidándose de lo que pudo haber supuesto para una ciudad con el doble de paro que la elegida.

El esfuerzo desde la modestia para ser grandes, durante más de diez años, convirtiendo a la ciudad sin grandes presupuestos en referente de culturas antiguas y humanas como la poesía, o modernas como Eutopia y Animacor, queda en un segundo plano.

Bildu, partido que ha afirmado que cambiará el proyecto que ha ganado (cosa prohibida), llevará la cultura española al resto de Europa.

Pero no desfallezcamos en nuestro empeño, un historiador francés dijo hace unas décadas: “la huella de un sueño no es menos real que la de una pisada”; y pisadas hemos tenido mucho, tantas que elaboran un camino lleno de ambiciones, de convicciones para que esta ciudad siga creyendo en lo que por derecho propio tiene.

Algo guardado en su sangre, algo que parecía dormido y que esta meta durante más de una década ha despertado. El león de la cultura volverá a gruñir para hacer a Córdoba Capital Mundial de la Cultura desde el mismo momento que termine de enviar esta entrada.

P.S. Comentar es gratis :)

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