viernes, 20 de agosto de 2010

Gamescom con sabor agridulce


La gran feria del videojuego en Europa ha vuelto a demostrar que no está a la altura de los otros dos eventos mundiales, convirtiéndose en un mero escaparate para los periodistas del viejo continente y algún seguidor acérrimo del décimo arte.

Hablar de fracaso no sería realista porque seguramente las visitas se habrán contado por miles y llegarán al nivel de las otras dos expos, pero lo cierto es que su nivel informativo ha sido más bien nulo.

Como ya vais leyendo esta entrada va a ser más de opinión que informativa, pero va a tratar sobre un tema que ha de hacer replantear mucho el tratamiento que los videojuegos están recibiendo en Europa por las autoridades, industria privada y, sobre todo, el cuarto poder, los medios generalistas de comunicación.

La industria del cine, televisión y música comercial dicta mucho de estar en manos europeas y venimos influencias por las últimas tendencias estadounidenses. Pero estas que he citado comenzaron su andadura con una Europa sucumbida en guerras, grandes crisis que depararon en el fin de la hegemonía del viejo continente en el globo terráqueo; los videojuegos no, el décimo arte dio sus primeros pasos hace apenas tres décadas y sus grandes zancadas ni siquiera llevan dos lustros de historia.

Las Gamescom solo son un reflejo de ese mal hacer europeo en el terreno de las consolas que está logrando dejar en manos foráneas un mercado cuyo dinero tiene más ceros que cine y música juntos. Esto no es debido a falta de héroes que hayan buscado sembrar su semillita en esta nueva industria del entretenimiento, esto se debe a la poca valoración que se le ha dado desde los ámbitos, que antes cité, a las consolas. La feria que se organiza en Leipzig, Alemania, y años antes en Colonia no ha recibido ni un tratamiento en una columna de los medios de comunicación generalistas de España y, por lo poco que entiendo de alemán, tampoco en los medios bávaros. Luego tenemos la desgracia de escuchar a una comisaria de la Unión Europea lamentando la inexistencia de un Google europeo, pero si internet está perdido, los videojuegos aún más.

Y esto se traduce en un menor apoyo económico a estos eventos que terminan por derivar en un mayor olvido por los entes que componen el sector haciendo de las Gamescom una fecha que estorba en el calendario de las empresas de videojuegos al estar entre el E3 y la TokyoGameShow. Cierto es que esto se podría solucionar buscando una fecha más alejada del verano; cierto es también que el poco glamur que da Leipzig, perdonen si me lee algún alemán, no ayuda mucho y podría encontrar mayor relevancia en una Mallorca, Milán, Mónaco o París. Pero seamos consientes de que la poca relevancia de esta feria no se debe ni a la fecha ni el lugar, sino al olvido de los “viejos” sobre la joven industria que dirigirá el camino del entretenimiento en el futuro.

Europa seguirá siendo una colonia de América y dentro de cincuenta años quizás tengamos que oír declaraciones de apoyo al videojuego español como viene pasando con el cine en estos últimos tiempos.

Esto es todo, me gustaría haber hablado de algún anuncio, de alguna “bomba” soltada por Microsoft o Sony pero poco hay sobre ello aunque os cito a una próxima entrada más valorativa sobre lo mostrado por las desarrolladas en su cita europea.

¡A más ver!

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