Otra vez vuelvo a la faceta de mi escuchar del tiempo, un nuevo mes ya asomó bien su cabeza para traernos el adorado frio, viento y, esperemos que pronto, lluvia. La ansiada lluvia que necesitamos tantos en éste país para alejar las penas y mirar el arcoiris despúes como una sonrisa de volver a empezar.
Nos lavaremos en nuestros paseos de cada mañana, algunos más cortos que otros, nos conjugaremos en un nuevo sueño que nos animará a seguir adelante hasta que el muro de lo perecedero se ponga por delante.
Se vuelve todo boca abajo, toca cambiar las cartas, ya no es lo de siempre... porque se necesita estar con mucha gente para vivir noviembre como dulce noviembre.
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