domingo, 2 de junio de 2013

Negar lo innegable

Moderar en foros masivos como lo hace el aquí presente siempre te da ese grado de conocer singularidades sociales e individuales, de ver lo genio y lo grotesco. El querer justificar cualquier factor de comportamiento de la forma más absurda posible.

El caso que me ocupa hoy puede estar muy de actualidad: el uso del castellano en tierras extranjeras internas, llamado también CatalunYa. Un chico escribió, de forma reiterada, canvio en vez de cambio. Una confusión diríamos de idioma si no fuera por su nulo interés en remendarlo tras los avisos de otros presentes en la conversación.

Ahí empieza una dialéctica nacionalista, harta de ver que no citaré. Pero en ese punto salta la frase, el titular: “soy catalán, no sé hablar bien castellano”. ¿Puede servir de excusa real esta afirmación? ¿Cabe la posibilidad de que un barcelonés, o gerundese u otro lugar, de 16 años desconozca reglas básicas de escritura del idioma cooficial y ampliamente extendida en tu región?

La respuesta es obvia: no. Puedes querer hacer una apología de querer sacar el castellano de las aulas, de querer defender a ultranza el idioma de identidad propia, o bien puedes acudir a lo mal que te cae Cervantes o Pío Baroja para despreciar su uso. Cualquier cosa, sí. Sin embargo eso nunca bastará. La evidencia está ahí.

Ese joven estudiante catalán disfruta de sus horas de tiempo libre estrujando al máximo un videojuego cuyos textos están traducido al idioma de la Ñ, igualmente buena parte de las películas vistas en el cine optarían por un doblaje español, en la tele salvo tres o cuatro autonómicas o locales tus preferencias de ocio te llevaría a Antena 3, Cuatro, laSexta… Y por supuesto, tu afán por el fútbol haría leer cada ápice de la prensa y ahí el castellano te abrazaría. Todo ello sin olvidarnos del simple contacto social, de las pocas horas aprendidas en la escuela.  Un entorno que te rodea, y una burbuja que te montarás, pero que siempre será penetrable.

Decía, ya en líneas finales a una compañera, que tú podías irte al Polo Norte, meterte en tu pequeño hogar en las altas latitudes y poner calefacción a nivel ecuatorial. Pero que bastaría con mirar por la ventana para saber que alrededor tuyo el frío es el protagonista. Esto no deja de ser diferente, la realidad no puedes falsearla.

Así pues, no, no puedes afirmar que tu condición de catalán te impide llevar un correcto uso de lo más básico del castellano.

4 comentarios:

  1. Hace no mucho observé en una página en la que aparecen toda clase de variedades unos niños metiéndose con otro por no pertenecer a su etnia y preguntaban ¿creéis que salió de ellos espontáneamente o lo aprendieron de alguien?

    El respeto es la ley más básica de la convivencia bajo mi subjetivo punto de vista y aunque hay mucha gente que lo entiende y comparte es muy difícil porque hay una tendencia radical de odio y superioridad hacia el resto del país en varias zonas con la que se adoctrina a aquellos que no están preparados para pensar o decidir por sí mismos qué pensar o qué conclusiones tomar de los distintos hechos. Si existe esta actitud... según en qué círculos considero normal que no se sepa escribir ni hablar y también que tenga sus consecuencias como una no contratación por desconocimiento del idioma o no poder entender o comunicarse con los clientes o compañeros de trabajo por ejemplo y éstos son los momentos en que se deberían dar cuenta de que algo no termina de encajar o que piensen me odian por ser de este lugar.

    Si existiera el respeto por y para todos ninguno de los males que asolan el páis ahora mismo existirían...

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  2. Muy cierto, aunque mucho me temo que esto le escocerá a más de uno y lo simplificará como "un ataque al catalán".

    Un saludo Marcos.

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