domingo, 9 de septiembre de 2012

España, un rincón propicio para el troll


Este mes voy a cumplir cuatro años como moderador de unos de los principales foros de videojuegos del país, por no decir el que más lectores de habla hispana tiene en el mundo, y todos estos años me ha demostrado un gran cúmulo de situaciones que entristecen.

Cierto es que mi experiencia más directa son con jóvenes e incluso niños y quizá no sea el mejor reflejo para ver la madurez de coloquio de nuestro país. Pero aún así también he tenido un amplio bagaje en noticias de más de un medio local y generalista, aparte de deportivo, que justifica mi opinión en cierta manera.

¿Y cuál es ese punto de vista que tengo? Pues es el de una cultura no hecha para el debate. Carente de principios básicos y éticos como son el respeto a la opinión del otro. Propicia para caer en la denigración y vejación de tanto el emisor como el receptor. Altamente contaminable de desviaciones del hilo inicial de discusión. Es decir, empiezas a hablando del “Ecce homo” de Borja y terminas en una acalorada conversación ideológica o religiosa.

Con el tiempo he llegado a ser “jefe de comunidad”, por así decirlo, y enfrentarme de cara y buscar la raíz de los problemas en el foro donde os dije antes empecé a moderar. ¿He encontrado solución? Filtros, más filtros, más moderación, más control… Pero esto solo minimiza la repercusión de esta falta de educación.

Nuestro problema es de educación, de bases… Mientras en los foros anglosajones se echan la mano a la cabeza cada vez que ven un mensaje de “deberías de estar muerto”, en España esto es una constante y a mirar un poco el Twitter o comentarios de las noticias me remito.

¿Lograremos cambiar algún día? Si no somos capaces de debatir sobre cuestiones triviales y muchas veces con poca efusión, ¿cómo vamos a demostrar nuestra capacidad para una democracia participativa? Este es el gran problema que tenemos y cada día se ve y se ve.

Ayer mismo, la Policia Nacional en su Twitter colgaba el siguiente tuit:

Como veis pedía ignorancia ante el troll. ¿Se logra? Nunca, el no le des comida nunca se ha cumplido y parece no haber vistas de cambio. Vivimos en una sociedad abocada al triunfo de estas personas anónimas, sin más ánimo que el incordio o el incendio (dejas una perla, te vas y ves como partidarios de unos y otros se linchan, más conocido como flamear) triunfan en nuestras computadoras con su luego reflejo social.

Mucho debemos de cambiar y mucha cultura que formar. El arte de debatir, de la palabra, de respetar los turnos para intervenir debería ser una asignatura desde pequeños. Solo así conseguiremos una paz suficiente para que tengamos la madurez necesaria y se pueda tratar diversos temas cruciales.

2 comentarios:

  1. Tras años de haber lidiado con los (sobretodo adolescentes en España) he visto que es un país donde el estandarte de jovenes están bastante llenos de odio. Odian a los rojos o a los francos, odian a cataluña, odian a los moros, a los de ideas distintas, odian a los "sudacas" (como ellos mencionan), odian a... odian...

    Por un lado o es una juventud "vividora" muy crítica pero poco creativa, por el otro es "envejecida"(vease amargada, déspota, egocéntrica) que estudia para intentar insultarte de manera culta y acabar perdiendo los papeles. Quizás sea el "hedor" de egocentrismo que siempre se ha respirado en la población española caracterizada por ser además una población "desvergonzada" y "verdulera",ni que ver en las últimas olimpiadas... España fue la única que tras su pase de banderas hacía completas idioteces con hombres puestos con pelucas haciendo totalmente el ridículo... les ha venido bien a muchos de ellos esta crisis. Una lección de humildad nunca está de más para que algún día dejen de creerse superiores incluso entre sus propias provincias con respecto a las otras...

    Por cierto, según el carnet "soy español". Un saludo

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  2. Más que odio yo creo que se trata de miedo Efraín. Quién insulta, grita y enloquece no dejando hablar a los demás o no dejando penetrar por sus oídos la opinión de los demás para considerarla mínimamente es por una clara ausencia total de argumentos y razón. Unos prejuicios aprendidos a fuego los cuales producen un problema y es aquel consecuente de pensar en lo que se dice o escuchar una opinión contraria la cuál no se es capaz de refutar más que cambiando de tema o intentando desacreditar recurriendo de forma absurda a temas totalmente ajenos al que se trata en cuestión pero con los que intentar poner a favor a los presentes.

    Es parte de una "anticultura" aprendida enemiga del respeto y la razón, la cual lamento decir que es demasiado frecuente en el mundo de los videojuegos, sobre todo en los gratuitos (supongo que se debe a que se sienten libres de decir y hacer cuanto quieran sin tener que sufrir consecuencia alguna)

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